Miguel Ángel Cid 16 hours ago 12 views
La sentencia 0011/2025 del Tribunal Superior Electoral (TSE), prohíbe al PLD la consulta para escoger el candidato presidencial en el primer trimestre de 2026. El dictamen fue evacuado en junio pasado.
La "consulta ciudadana" que pretendía hacer el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) no es la primera. Se recuerda que Abel Atahualpa Martínez Durán, fue escogido candidato dos años antes de las elecciones de 2024. Esta ¿elección? la supervisó la Junta Central Electoral (JCE).
Que la JCE observara la “consulta” del año 2022, donde se eligió a Abel, indica que tuvo carácter legal. No.
El Tribunal Electoral no sentenció para dañar el proceso de los peledeístas. Para nada. Lo que hizo el TSE fue regresar a la legalidad al organismo rector de las elecciones.
Quienes actuaron contrario a los intereses morados fueron los propios peledeístas. Bajo las mismas condiciones, Martínez Durán, duró semanas celebrando su escogencia en el 2022. Pero, ahora hizo lo contrario, fue el primero en gritar su desacuerdo.
¿Será que a los jerarcas morados les tocará hacer su campaña electoral para el 2028 contra el reloj? Es probable.
Lo que sí se puede asegurar es que, al partido de la estrella amarilla le tocará seguir arrastrando la piedra de Sísifo.
Los precandidatos
El PLD, en ese avanzar un trecho para volver al hoyo más rápido que de carrera. En ese vaivén le toca decantar sus precandidatos presidenciales. La realidad los empuja a presentar el más competitivo para las elecciones del 2028.
Sobre ese panorama, el PLD deberá abocarse a escoger uno de los siete aspirantes a la nominación, si no se suman otros. Veamos la lista:
Observando diferentes opiniones de mis amigos del PLD, la elección debería estar entre uno de estos tres: Francisco Javier García, Margarita Cedeño y Francisco Domínguez Brito.
Pero de los tres mencionados arriba, la mejor —según mi opinión— seria Doña Margarita Cedeño. ¿Por qué? Porque Margó, como ella misma suele llamarse, tiene el sabor de la calle hasta en la sonrisa. Pone a su ex —el León— en desespero. Tiene, además, para cada provocación una respuesta positiva.
La pregunta es, ¿por qué excluir a Juan Ariel Jiménez, Charles Mariotti y Gonzalo Castillo?
Juan Ariel Jiménez, profesional de alto vuelo, un nombre sonoro a lo interno del partido. Fue el más votado en la elección para el Comité Central y el Comité Político. Pero hacia afuera es un soberano desconocido.
Charles Mariotti, exsecretario general del PLD, miembro del Comité Central y el Comité Político. Pero, igual que Juan Ariel, carece de base de sustentación externa y de estructura territorial.
Gonzalo Castillo, exministro de Obras Públicas, miembro del Comité Central y excandidato presidencial por el PLD en el 2020. La campaña brutal de descrédito en su contra, no fue obstáculo para que conquistara el 37.25% de los votos válidos. Además, su salida sorpresiva al través de las redes causó un repunte significativo del PLD en los medios de comunicación y las redes sociales.
Con todo y el average señalado, Gonzalo parece estar pujando —no por ser el candidato de nuevo— sino por la unidad del partido. Será que está consciente de que, si es candidato reviven los fantasmas del 2020.
La otra pregunta válida es: ¿por qué el autor no menciona a Abel Martínez entre los más competitivos? Simple, el exalcalde aparenta estar en un proceso de rediseño de su estrategia de posicionamiento. Se percibe mejor planificado, menos soberbio, con discurso más aterrizado.
Está por verse si los cambios percibidos rendirán resultados positivos. Es decir, ver si logra borrar la actitud de repartidor de boches y maltratos a sus propios promotores.
Mientras tanto, la campaña interna hay que hacerla camuflada. Por eso, aquí nadie grita: voy al pinto, voy al colorao… al blanco menos porque está descartado.
Toca a los potentados morados recuperar la pericia para ponerse de acuerdo en lo que conviene al partido. Arbitrar el pleito, neutralizar a los enemigos internos y elegir el mejor candidato presidencial.
Miguel Ángel Cid
Twitter: @miguelcid1
28 junio 2025